viernes, 30 de julio de 2010

Intenciones.



Una breve parada. Apenas he tenido tiempo para estar con vosotros. El motivo... las vacaciones escolares y los preparativos para las vacaciones de los no escolares.

Espero que todos aquellos que las comenzáis en breve las disfrutéis. Aquellos que están en ellas, que aprovechen el momento y lo disfruten y los que ya han vuelto, que piensen que les queda menos para las siguientes.

Da igual cuántos días sean. Da igual el destino elegido. Pero es fundamental que sea en muy buena compañía. Atesorando momentos mágicos, olores, sabores que en nuestra memoria permanecerán el resto del año, ayudándonos a sobrellevar los duros meses invernales que nos esperan.

Disfrutad de todo, de la buena comida, del sol, de la buena bebida y mandad al cuerno la operación bikini. Total en cinco días de chiringuitos, cenas y copas, te cargas los duros esfuerzos de los meses anteriores intentando lucir tipo... Da igual! Si el pitillo nos ajusta un poco, es mejor pensar que ha encogido en el último lavado.

Que no me entere yo de que las cervezas las tomáis a medias NO! Cañas enteras y nada de simples zuritos eh? Mismo modo para las copas a la luz de las estrellas, por favor.

Porque la verdadera tendencia no deberían ser los pitillos ajustados, no. La tendencia debería ser sencillamente "ser felices", así es como todo lo lucimos mejor.

Asi que por favor, no me falléis!! Sed felices, y disfrutad de esos momentos intensamente.

Porque de lo que no tengo la menor duda es de que os los merecéis!!

Hasta la vuelta!!!



Y que no me entere yo de que habéis sido buenos.....

lunes, 5 de julio de 2010

Tributo.




Aguamarina... Verde mar...

Un color indefinido. No es azul, ni tampoco verde. Varía en función de quíen le acompañe.
Un color que sea del matiz que sea, siempre me recuerda al mar. Una de las cosas en este mundo que mas me fascinan e imprescindible para mantenerme viva.

Puedo pasar meses sin verlo, pero con la seguridad de que en algún momento del año volveré a encontrarme con él. Que se acercará suavemente a la orilla para mojar mis pies como una caricia. Un saludo que renueva mis fuerzas.



Aquellos que me conocen saben que me fascinan el blanco, el azul y el beige. Tres colores que forman una de las combinaciones cromáticas más bellas para mi.

Como la que se crea cuando las olas rompen y acercan su blanca espuma para refrescar la arena caliente, con la inmensidad del azul protegiéndola.

Un azul que varía en su color según el día. Desde el aguamarina hasta el gris acero, recordándonos continuamente el caracter cambiante del mar. Suave y fiero, sobretodo en las tierras del norte en cuyas costas estamos acostumbrados a temer su poder.

Por eso cuando encontré esa piedra irregular, que no era azul, ni era verde, supe que tenía que rendir honores y dedicárselo al mar.

Y como tal, los colores deberían ser los que la propia naturaleza nos propone en cualquier playa del mundo. Un regalo para la vista.

Blanco.... como su espuma. Transparente... como el agua. Verde mar... como las aguas cálidas de una playa paradisiaca. Beige... el de mi propio cuello.

Debería ser corto, "a la caja" que dirían los modistos. Como la atracción intensa que sientes una vez le conoces, que te ata en corto para no dejarte nunca más.

Irregular, como el caracter cambiante que tiene, unas veces pacífico e inmensamente azul y otras fiero, poderoso, atemorizador, de un gris plomizo.




Un diseño en el que se alternarían las piedras de distintas formas y colores, sin un orden concreto, pero manteniendo el equilibrio entre ellos.
Tres vueltas completamente diferentes, en largura, diseño y grosor, pero con el denominador común del verde mar, intercalado entre ellas.

Cristales de Murano, cristales facetados, lisos, irregulares, cristales de Swarovski. Entremezclados para componer un diseño único. Porque por muchas veces que me lo soliciten, nunca, nunca habrá dos collares idénticos. El orden de las piezas no será igual....

Cristales engarzados que se unen en un cierre de plata.

Aunque aparentemente parece un largo collar que se ha colocado al cuello, dándole varias vueltas a su alrededor.... lo que le aporta un caracter más informal que si estuvieran perfectamente alineadas... no lo es tan largo.

La intención era lograr ese efecto, pero quedando el cuello libre para que luciera mejor. Por lo que las tres vueltas se intercalaron entre sí, estratégicamente colocadas pero sujetas firmemente por ese cierre.
De ese modo, el brillo de los cristales al reflejarse en la luz, no se interpondrían entre ellos y los colores quedarían limpios y brillantes.



Un diseño que ha pasado a formar parte de mis preferidos. Como lo es el mar.

Que se puede lucir en múltiples ocasiones, con diferentes atuendos. Con la elegancia con la que Grace Kelly visitó el mar de Cannes en "Atrapa a un ladrón", o con unos jeans y una camiseta blanca, en una visita nocturna, junto a una hoguera, a medianoche.

Él es mi válvula de escape. A cualquier ciudad, pueblo que vaya, no me voy sin saludarle, porque si no lo tuviera cerca.... sencillamente me marchitaría.




Como siempre, podéis verlo con mas detalle aquí.